diumenge, 17 de setembre del 2017

¿Qué ha pasado en Brasil tras un año del golpe de Estado?


A un año de concretarse el golpe parlamentario realizado contra la presidenta constitucional Dilma Rousseff, el pueblo brasileño rechaza la gestión del mandatario interino Michel Temer.
En mayo de 2016, la presidenta constitucional Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) abandonó el palacio presidencial en Brasilia, con la denuncia de haber sufrido un “golpe institucional”, ante la aprobación del juicio político contra ella por parte del Senado.

La mandataria, quien había sido reelegida en 2014, había sido suspendida para ser juzgada por el Congreso, por presunta manipulación de las cuentas públicas. Su vicepresidente Michel Temer asumió interinamente el comando del país y prometió “cambiar radicalmente” el rumbo político del país.




Un año después, ocho de cada diez brasileños consideran que el mandatario hizo menos por Brasil de lo que esperaban, según una encuesta del Instituto Datafolha. Y apenas un nueve por ciento aprueba su gestión.

Acusaciones de corrupción e impopularidad

La Procuraduría General de la República acusó a Temer de integrar una asociación ilícita, corrupción y obstrucción de la Justicia, con base en la grabación de un diálogo entre el mandatario y el dueño del frigorífico JBS.

Sin embargo, según los últimos sondeos, el pueblo brasileño votaría a Lula, en caso de presentarse como candidato. Pese a las acusaciones que enfrenta por presunta corrupción, el exmandatario, que gobernó de 2003 a 2010, sería votado, según Datafolha, por el 30 por ciento de la población, frente al 15 por ciento cosechado por el segundo candidato, el populista de derecha Jair Bolsonaro.

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