dissabte, 13 d’octubre del 2018

El malestar social en América Latina


La globalización ha provocado grandes transformaciones en la vida social. La desintegración o desgaste de las viejas instituciones del Estado de Bienestar dieron paso a un proceso de individuación que potenció las tradiciones liberales, tanto en la organización del universo económico, como en las subjetividades. La globalización fue generando un malestar con lo público, lo universal, lo colectivo, y ofreció un menú de realizaciones individuales o microcolectivas. Abrió la brecha ente ‘ciudadanos del mundo’ y ciudadanos nacionales, entre lo público y lo individual, entre los derechos económicos y sociales, y los derechos individuales. En algunos casos, ha potenciado reclamos específicos o vinculados a la ampliación de los derechos individuales, en otros casos, ese proceso de individuación ha colisionado con algunas medidas de gobiernos progresistas y, otras veces, conservadores.



La vida individual y cotidiana se ha transformado en una ‘caja de resonancia’ para la política. La disputa al interior del mundo cotidiano se ha transformado en vital para los analistas políticos. Los problemas en ciertos servicios urbanos, la imposibilidad de obtener seguridades en las ciudades, medidas económicas que son entendidas como complicaciones a los desarrollos individuales, la corrupción o ciertas medidas progresistas han suscitado cierto malestar que o bien son representados por un tiempo por gobiernos conservadores, o dicho malestar persiste al interior de los gobiernos progresistas.

El siglo XXI se presenta como el siglo de la individuación. A diferencia del ‘corto siglo XX’, la incertidumbre coexiste sin la amenaza de un desastre histórico y se encuentra integrada a las prácticas cotidianas que adquieren una nueva temporalidad cortoplacista que diluye vínculos e identidades, y que se manifiesta a través de miedos, inseguridades, pérdida de referentes, apatía, racionalidades exprés.

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