diumenge, 16 de desembre del 2018

Cumbre Conservadora de las Américas: dichos e impacto


El pasado 8 de diciembre se realizó en Foz de Iguazú (Brasil) la primera Cumbre Conservadora de las Américas, que reunió a varios representantes de la derecha y la extrema derecha de la región. El encuentro, que pasó desapercibido en la prensa internacional, fue producto de la convocatoria realizada por Eduardo Bolsonaro –diputado del Partido Social Liberal (PSL)– y apoyada por el electo presidente Jair Bolsonaro (padre del convocante), quien apareció en la cumbre por medio de una videollamada.

Entre otros periodistas y académicos que intercambiaron perspectivas sobre cultura, política, seguridad y economía[i], participaron José Antonio Kast[ii] (exdiputado chileno, creador del movimiento político Acción Republicana); la senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático; Fidel Zavala (senador paraguayo del Partido Patria Querida); Orlando Gutiérrez (representante de los exilados cubanos en Estados Unidos); así como los venezolanos Roderick Navarro y Eduardo Bittar (del grupo Rumbo Libertad).




El discurso oficial de la cumbre –solo edulcorado, a propósito, por la pedida de mano de Eduardo Bolsonaro a su novia en plena exposición– marca una línea clara de intervención en Venezuela, Nicaragua y Cuba: “hay que derrocar las dictaduras”, coinciden los ponentes; señala las políticas redistributivas como la esclavitud moderna y al Estado garante como un Estado gigante que sólo puede generar víctimas en las clases sociales más empobrecidas. Esta particular lucha tiene la fuerza de la unidad conservadora, que para ellos no es una coincidencia, sino una diocidencia, es decir, una suerte de milagro de dios para librar a Latinoamérica del comunismo.


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