BARCELONA.- Maltratos físicos y psíquicos, abusos sexuales, explotación laboral, prácticas médicas dudosas... Hasta bien entrada la democracia, miles de niños y niñas continuaban encerrados en internados que parecían cárceles. A diferencia de países como Irlanda, que ha reconocido los malos tratos a niños bajo su tutela, en España estos abusos no han sido juzgados ni reparados.
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