El aumento de las ejecuciones en todo mundo en 2015 ha sido calificado por Amnistía Internacional de “espectacular”, al alcanzar la cifra más elevada registrada en más de 25 años, con tres países: Arabia Saudí, Irán y Pakistán, como responsables de casi el 90 % de todas los homicidos legales registrados.
Al menos 1.634 personas fueron ejecutadas en 2015, lo que supuso un aumento de más del 50 % respecto al año anterior y la cifra más alta registrada por Amnistía Internacional desde 1989. No se incluye en esta cifra total a China, donde es probable que fueran ejecutadas miles de personas más, pero donde los datos sobre la pena de muerte se tratan como secreto de Estado.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos, sin excepción, independientemente de la naturaleza o las circunstancias del delito, de la culpabilidad, inocencia u otras características del acusado, o del método utilizado por el Estado para llevar a cabo la ejecución. No hay prueba alguna de que la pena de muerte sea más efectiva para disuadir de cometer delitos que otras formas de condena.
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