diumenge, 29 d’abril del 2018

Ay Nicaragua, Nicaragüita


¿Cómo hacer para no volverse fascista incluso cuando   (sobre todo cuando) uno cree ser un militante revolucionario?” La frase de Michel Foucault describe a la perfección el proceso que sufre Nicaragua.

El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo decretó una reforma de la seguridad social que, entre otras cosas, impone una reducción de 5 por ciento de las jubilaciones para enderezar las cuentas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), siguiendo la sugerencia del FMI. La situación económica se ha deteriorado a raíz de la crisis venezolana, pero los daños los pagarán los de abajo.




Lo que debemos develar es cómo se ha llegado a esta situación. Cómo ha sido posible que una fuerza política revolucionaria, y jefes que construyeron el Frente Sandinista de Liberación Nacional, se hayan convertido en asesinos de su pueblo.

Probablemente uno de los análisis más lúcidos sobre la degeneración del gobierno lo haya escrito Mónica Baltodano, en la revista Envío en enero de 2014, bajo el título ¿Qué régimen es éste? ¿Qué mutaciones ha experimentado el FSLN hasta llegar a lo que es hoy?. La ex comandante guerrillera apunta cuatro mutaciones en el orteguismo que explican la deriva actual.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada