diumenge, 20 de maig del 2018

La iniciativa “Planta un millón de árboles” echa raíces en Zambia


Los árboles son un componente vital en el ecosistema: no solo proporcionan oxígeno, almacenan carbono, estabilizan el suelo y dan refugio a la vida silvestre, sino que también proporcionan materiales para herramientas, refugio y, en última instancia, alimentos tanto para los animales como para los seres humanos.

De hecho, según las estadísticas del Banco Mundial, alrededor de 1.300 millones de personas en todo el mundo dependen de los bosques para su subsistencia, es decir, una quinta parte de la población mundial.

Esto incluye los ingresos por la venta de árboles y productos relacionados con los árboles, así como el valor de la fruta, el forraje, los medicamentos y otros productos directos o indirectos que consumen.




En términos monetarios, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima un beneficio neto anual de la restauración de 150 millones de hectáreas de tierra en aproximadamente 85.000 millones de dólares anuales. Además, secuestraría ingentes cantidades de gases de efecto invernadero.


Sin embargo, en todo el mundo se reconoce que la restauración forestal requiere un enfoque integrado que aprecie y conozca los bosques a lo largo de toda su cadena de valor.

Por lo tanto, es crucial entender que los esfuerzos de restauración del paisaje forestal son mucho más que proteger los bosques, son una verdadera fuerza para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.

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