Todo empezó con unos carteles reciclados. “Los teníamos guardados en un garaje, a raíz de una lucha anterior por unas parcelas municipales. Cuando salió el tema de las pensiones, se nos ocurrió reutilizarlos”, cuenta José Ángel Vivanco, un jubilado del barrio de Cruces, en Barakaldo. La idea surgió en vísperas de la primera concentración que se convocó en esa localidad vasca para protestar contra el mísero aumento decretado por el gobierno de Rajoy. Aquella movilización se celebró el 15 de enero. Desde entonces, las pancartas improvisadas no han tenido tregua: semana a semana, miles de pensionistas barakaldeses han tomado las calles para pelear por sus derechos.
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