Segundo capítulo de la serie El Casino del Hambre: cómo influyen los bancos y la especulación financiera en los precios de los alimentos.
El año 2011 la ONG VSF Justicia Alimentaria Global lanzó la primera campaña en el Estado español dirigida expresamente a denunciar la involucración de la banca española en el encarecimiento de los precios de los alimentos básicos a nivel global a través de la práctica de la especulación alimentaria. Un segundo objetivo era interpelar directamente al Gobierno del Estado español para que cumpliera con las obligaciones jurídicas que el Estado tiene adquiridas con respecto al derecho humano a la alimentación. Se exigía al Estado español que regulara, dentro de sus competencias, la especulación financiera en la alimentación, concretándose en la necesidad de regular sobre los agentes que la realizan, sobre cómo (las herramientas y prácticas especulativas) y sobre dónde se ejecutan (los espacios y lugares donde se especula: bolsa, OTC [1] y plazas offshore). También que tuviera una clara actitud de defensa del derecho a la alimentación en las negociaciones europeas relativas a la regulación especulativa.
En lo que atañe particularmente a la negociación de derivados de materias primas, los Estados deben velar por que la negociación de derivados financieros de productos alimentarios se limite a agentes de inversión calificados y experimentados que operen con esos instrumentos basándose en previsiones relacionadas con el funcionamiento básico del mercado, en lugar de por motivos principal o exclusivamente especulativos
En realidad muchas organizaciones, entre ellas ” ésta, van más allá de estas recomendaciones y exigen la retirada total y absoluta de la especulación sobre un derecho humano como es la alimentación. Pero no hay duda de que lo que pide el relator de la Naciones Unidas significaría un paso adelante. Y eso es lo que pedimos al Gobierno del Estado español. Que cumpla con las obligaciones jurídicas que el Estado tiene adquiridas con respecto al derecho humano a la alimentación y regule de una vez la especulación financiera de la alimentación como la que hizo hace unos meses Catalunya Caixa o la que hace ahora el Banco de Sabadell. Y que lo haga actuando sobre el quién (los agentes especulativos), sobre el cómo (las herramientas y prácticas especulativas) y sobre el dónde (los espacios y lugares donde se especula: bolsa, OTC y plazas offshore).

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