dijous, 2 d’abril del 2020

Impacto del COVID-19 en América Latina


El escenario para América Latina, previo al brote de COVID-19 estaba muy complicado. La CEPAL reconoció, en diciembre de 2019, que la región mostraba una desaceleración económica generalizada y sincronizada. Señaló que se completaban seis años consecutivos de bajo crecimiento, y estimó 1.3% de crecimiento promedio en 2020. Sin embargo, el brote de COVID-19 ha empeorado todo



China es el principal socio importador de Brasil, Chile y Perú, el segundo de Argentina y el tercero de México y Colombia; también es el principal socio exportador de Brasil, Chile, Perú y segundo más importante para México, Colombia y Argentina. Con este grado de interconexión, su paralización impactó adversamente sobre la producción, la inversión, el empleo, el ingreso y el consumo de los hogares con expectativas a la baja. Desde inicios de febrero, la bolsa de México (BMV) acumula una caída de 21.1%; la de Chile de 37.2% y la de Brasil (BOVESPA) de 41.6%. (ver grafico 2)

­            El precio de referencia del petróleo acumuló 63% de caída entre enero y marzo. Cabe señalar que la exportación de petróleo es fundamental para Venezuela donde constituye 92% (80% crudo y 12% refinado) del total de sus exportaciones, en Trinidad y Tobago 54.6%; en Bolivia 32%; en Colombia 33.3% (28% crudo y 5.3% refinado); en Ecuador 29%; en Brasil 8.7% y en México 5.2%. La reducción del precio impactará sobre el nivel de recaudación, del presupuesto, de la inversión pública y, por lo tanto, del ritmo de producción y consumo de los próximos años.

El virus, además de representar por sí mismo un grave crisis sanitaria global, ha sacado al descubierto los profundos límites estructurales de la economía mundial y revelado las vulnerabilidades del modelo de acumulación basado en el libre mercado y las cadenas productivas globales.


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