dissabte, 6 de juny del 2020

Venezuela. Claves para analizar las nuevas medidas relativas a la gasolina


Desde este lunes 1º de junio, Venezuela inicia una nueva etapa en la distribución de combustibles, aplicando un nuevo esquema que da clausura a su histórico y asimétrico modelo de abasto energético en su mercado interno.

La nación caribeña transita un ciclo de grandes perturbaciones en su distribución de gasolina y diésel, originado por el desgaste que ha sufrido la estatal PDVSA a causa del bloqueo estadounidense. El veto a las exportaciones de crudo, congelamiento de bienes y recursos financieros en el extranjero, la inhabilitación de PDVSA en el mercado financiero, la clausura de compras internacionales favorables a PDVSA, han producido un duro impacto en la empresa bandera de Venezuela.




En los últimos años la mengua en la adquisición de repuestos para las refinerías venezolanas, la compra de químicos para producir gasolina y la importación de gasolina como paliativo a la demanda interna, se agudizaron por el bloqueo estadounidense, en detrimento del flujo de los combustibles que habían sido despachados de manera prácticamente gratuita durante años. Esta crisis fue fabricada.

Aunque Venezuela ha recibido recientemente importaciones de gasolina desde Irán y se encamina junto a los persas a refaccionar las refinerías con sus tecnologías, este proceso será progresivo y podría estar sujeto a altibajos. De ahí que el gobierno venezolano ha previsto racionalizar y sincerar la demanda, con medidas que van a contracorriente de la lógica “gratuita” y de despilfarro que había precedido.

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