El martes la Cadena SER hizo público el sumario de la Operación Púnica, la red corrupta de la Comunidad de Madrid que adjudicó servicios públicos a cambio de pagos y comisiones ilegales que posteriormente blanqueaban mediante un entramado societario. Una bomba.
La política local madrileña tiene un nombre: Venezuela.
Es fácil comprender que el partido implicado hasta las cejas en la corrupción, los populares de Mariano Rajoy, pretendan que los medios de comunicación no pongan sus miradas en Génova, sede de lo que la Guardia Civil ha llamado “organización criminal”.
Lo que no es tan comprensible es que los periodistas de los cuatro principales diarios madrileños prefieran apostar por la situación de un país situado a 7.000 kilómetros antes que por un escándalo localizado en las entrañas de su comunidad. Es raro, cuando no sospechoso.

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