El 28 de julio Pedro Pablo Kuczynski (PPK) asumirá la presidencia del Perú. Su gobierno enfrentará la difícil tarea de garantizar la gobernabilidad en un Parlamento con mayoría fujimorista, a quien le ha ganado por una diferencia mínima. Su victoria se debe en gran parte al apoyo de una coalición con fuertes contradicciones que incluyó a la mayoría del arco político, grupos emergentes de la sociedad civil como el grupo de autoconvocados “No a Keiko”, colectivos LGTBI y organizaciones de derechos Humanos.
El fujimorismo es una identidad política compleja y controversial que desata pasiones tanto a favor como en contra. Para quienes consideran que el ex mandatario, Alberto Fujimori, fue “el mejor presidente del Perú”, su libertad sigue siendo un tema pendiente. Sus simpatizantes han realizado una marcha viernes el 22 de julio en la Plaza San Martín pidiendo la libertad del exjefe de Estado -al que califican como “preso político”, hecho que ha generado polémica si se tiene en cuenta la gravedad de los delitos por los que fue condenado que incluyen graves y masivas violaciones a los derechos humanos durante su periodo de gobierno (1990-2000).

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