dimecres, 27 de juliol del 2016

PARAGUAY: DEL RUIDO AL SILENCIO



La pasada semana se hizo pública en Paraguay la sentencia por la matanza de Curuguaty, aquel extraño suceso ocurrido en junio de 2012 en el que once policías y seis campesinos murieron a balazos cuando las fuerzas de seguridad trataban de desalojar unos terrenos baldíos ocupados por colectivos agrarios. En Paraguay, la propiedad de la tierra responde a claves feudales. La nación guaraní sigue siendo, como escribiera Augusto Roa Bastos, un lugar de hombres sin tierra y tierra sin hombres.

El proceso judicial ha sido tan oscuro como la propia tragedia. Once personas, todas campesinas, han sido condenadas, algunas de ellas a penas de prisión que oscilan entre 35 y 18 años. El juicio, plagado de irregularidades y con los acusados en clara situación de indefensión, no aclaró la principal interrogante: ¿quiénes y por qué recibieron a tiros a los policías cuando desalojos similares se llevaban a cabo con frecuencia sin que ocurriera ningún tipo de incidente?

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