dilluns, 22 d’agost del 2016

La tierra para las que la trabajan

En varias ocasiones hemos hablado en este blog del acaparamiento de tierras (compra de enormes extensiones de tierra productiva por parte de grandes empresas internacionales en paí­ses en desarrollo) y cómo esta práctica repercute principalmente en las mujeres, que son las que habitualmente cultivan la tierra para alimentar a sus familias.




En muchos paí­ses africanos, a esta situación se une, además, la perversa tradición según la cual, las mujeres no pueden ser dueñas de las tierras que trabajen. Una realidad que a dí­a de hoy sigue vigente en un buen número de lugares, pese a que legalmente, tienen los mismos derechos que los hombres.

“La Constitución habla de derechos iguales para hombres y mujeres, pero a la hora de aplicar la ley, manda la tradición, especialmente en las comunidades rurales. Tiene que ver con la religión y la tradición, y siempre se favorece a los hombres”.

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