dilluns, 10 d’octubre del 2016

“¿Mezquita? No, los viernes rezamos en el campo”



Los musulmanes de Badalona, ante el déficit de mezquitas, alquilan un polideportivo. Damos un paseo por sus calles.




La calle de Liszt, en Badalona, podría en realidad llamarse de cualquier otra manera y estar en cualquier otra ciudad dormitorio de España. En ella conviven carnicerías halal con terrazas donde vecinos charlan entre vasos de cerveza. El carnicero bromea mientras atiende a dos clientas, una de origen español, la otra marroquí. Pido un rghaif, una especie de crêpe bereber, con queso y miel, y el dependiente se anima y le da un trozo a la española. “¡Vienes todas las semanas a comprar y nunca pides nada de esto!”, dice, entre risas, tras lo que ofrece unos dulces marroquíes típicos de la Fiesta del Cordero.

 Le pregunto por la mezquita. “¿Mezquita? No, los viernes rezamos en el campo”, responde. Doy una vuelta por el barrio. Si algo destaca de sus calles es su diversidad… y la pobreza. Rodeo el colegio Miguel Hernández, donde se oye jugar a niños en castellano y en árabe, y subo por la calle Jaén, donde se levantan barracas con techo de uralita.

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