dimarts, 1 d’agost del 2017

América Latina en clave geoeconómica


Siempre igual. Después de un periodo de tormenta, se reordenan las piezas en el tablero global. Así ha sucedido en repetidas ocasiones a lo largo de la Historia. En 1870, ante una crisis de sobreproducción del capitalismo central, la región latinoamericana quedó reinsertada de otra forma en la economía mundial; además de seguir proveyendo materias primas, debía servir a partir de entonces como zona consumidora. Después, a lo largo del siglo XX, nuevamente se sucedieron algunos clivajes económicos que reacomodaron las relaciones de la región con el mundo. La última fase histórica fue indudablemente la llegada del neoliberalismo que supuso un patrón de subordinación en lo financiero; en lo tecnológico; en propiedad intelectual.




Iniciado el siglo XXI, la ola de procesos de cambio en la región puso un freno a este encaje. Las políticas económicas llevadas a cabo por los gobiernos posneoliberales fueron claves para resituar geoeconómicamente al bloque latinoamericano. Si bien es cierto que muchos países continuaron exportando materias primas, esto se hizo de otra forma, bajo nuevas condiciones de soberanía y con relaciones más diversificadas (China, India, Rusia). Nacieron nuevos espacios de integración. Disminuyeron los acuerdos de libre comercio. Se redujeron en gran medida los tratados bilaterales de inversión y los acuerdos sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio. En lo financiero se puso algún límite a qué? a los mecanismos especulativos?, aunque de un impacto mucho menor a lo que se logró en otros ámbitos. En suma, el cambio se notó también en lo exterior. El Sur latinoamericano recuperó en cierta medida un espacio geoeconómico en el mundo. El Norte seguía mandando, pero mucho menos de lo que lo estaba acostumbrado.

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