dimecres, 2 d’agost del 2017

Melilla, paradigma de la Europa-fortaleza


¿Qué hacemos unas 500 personas vagando por Melilla? Desde luego no es el interés turístico lo que nos ha traído hasta esta extraña ciudad rodeada de una valla fronteriza que la separa de Marruecos. Y no es porque la ciudad no sea hermosa; lo es, siempre que consigas abstraerte de la evidente militarización, si consigues no ver la abundancia de símbolos franquistas, si te niegas a percibir el desamparo y la violencia a que están sometidos los menores no acompañados que prefieren malvivir en el puerto esperando la oportunidad de colarse en un ferry a permanecer en un centro donde son hacinados y maltratados.



La ciudad es hermosa y ofrece buenas oportunidades de ocio; por ejemplo, puedes jugar al golf en un bien cuidado campo, siempre que no te fijes en la valla asesina que lo separa de Marruecos, siempre que puedas obviar la vecindad del CETI, donde se agolpan las personas “afortunadas” que han conseguido pisar suelo español y esperan ser derivadas a la península para avanzar una casilla más en el intento de acceder a la ansiada vida digna que se espera conseguir en Europa.

Y, desde luego, agradezco la tenacidad y valentía de todas las personas que han trabajado y siguen trabajando contra corriente defendiendo los derechos humanos en condiciones tan difíciles.  Ojalá nuestro paso por esta ciudad encerrada entre vallas, paradigma de la Europa-fortaleza, haya aportado alguna ayuda a la visibilización y denuncia de la siempre olvidada Frontera Sur.

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