dijous, 11 de gener del 2018

Venceréis, pero no convenceréis





Esta frase lapidaria y profunda la espetó Miguel de Unamuno, escritor, filósofo, rector de la Universidad de Salamanca, al general fascista José Millán-Astray, fundador de la Legión militar sublevada contra la República española, presente junto a la esposa de Franco, obispos, catedráticos, empresarios y tropas falangistas en el acto celebratorio del "Día de la Raza", en medio de gritos de exaltación nacionalista, imperial y de cruzada antipopular y antidemocrática, en la universidad salamantina, el 12 de octubre de 1936.

Unamuno comenzó su breve alocución diciendo" Ya sé que estáis esperando mis palabras, porque me conocéis bien y sabéis que no soy capaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir. Y quiero hacer algunos comentarios al discurso, por llamarlo de algún modo, del general Millán Astray...", quien había increpado al rector a los gritos de ¡Abajo la inteligencia! y ¡Viva la muerte!, vitoreado por los falangistas presentes. Y Unamuno prosiguió: "Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón, derecho en la lucha. No puede convencer el odio que no deja lugar a la compasión, ese odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora, inquisidora..." Y salió del aula, escoltado, fue a poco cesado por Franco y murió recluido y solitario tan solo un mes y medio después.

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