divendres, 16 de febrer del 2018

Independencia catalana: ¿la caja de Pandora o un nuevo invento democrático?


Desde hace unos meses, los europeos descubren el surgimiento de la aspiración catalana de independizarse de España. Para los franceses que desconocen las especificidades de la historia y las realidades contemporáneas específicas de España y Cataluña, el problema catalán es probablemente incomprensible. 



El objetivo de este artículo no es entrar en detalles sobre la situación actual o las especificidades españolas y catalanas. El proceso de formación de los dos Estados vecinos debe distinguirse, sin duda, por al menos recordar, en el caso español y catalán, la época de la autonomía catalana, su resistencia histórica a cualquier intento de asimilación por parte de los castellanos y, sobre todo, durante el siglo pasado, la importancia de la dictadura franquista. En el siglo XX, la relación entre Cataluña y el Estado español estuvo marcada por la represión. El estado monárquico actual es fruto de esta historia violenta y la Constitución de 1978 es producto de delicadas negociaciones con los herederos directos del franquismo. Contrariamente a la situación francesa, no hubo integración nacional de las diversidades regionales en un marco democrático largo. Por el contrario, España es plurinacional. Galicia, el País Vasco y Cataluña reclaman sus especificidades de forma clara y fuerte. Para los lectores franceses, sería aconsejable explicar estas especificidades e indudablemente, comparar la situación en España con la de Francia, discutir las diferencias y conciliaciones, pero esto ameritará un artículo aparte. Por otra parte, la historia política y social se está escribiendo y los giros y virajes que han tenido lugar desde finales del verano de 2017 continúan en enero de 2018 y es probable que continúen durante mucho tiempo. Por lo tanto, este artículo no pretende tratar la actualidad catalana.

El objetivo de este artículo es proponer, brevemente, una interpretación del problema catalán como manifestación, entre otras cosas, de un problema más global: la organización política del mundo.

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