A pesar de la extensa trayectoria recorrida por Argentina, Bolivia y Chile en el desarrollo de sus grandes reservas de litio, no existe hasta el momento ningún tipo de coordinación oficial para la elaboración de lineamientos estratégicos de alcance regional. Desde 2013, sin embargo, intelectuales y protagonistas sociales de distintas nacionalidades, impulsan una red temática comprometida con la defensa de la soberanía nacional.
Según las estimaciones más modestas, los salares andinos de Argentina, Bolivia y Chile concentran alrededor del 80% de las reservas mundiales de litio en salmueras, un factor clave para el desarrollo de una nueva generación de baterías recargables, utilizadas por la electrónica portátil, por los nuevos vehículos eléctricos y por los sistemas de energías renovables en pleno despegue tecnológico. A diferencia de la minería del litio, las salmueras contenidas en los salares sudamericanos permiten obtener carbonato de litio de alta pureza con los costos productivos más bajos del mundo.
Según el Servicio Geológico de EEUU (USGS), sólo dos operaciones de litio radicadas en el salar de Atacama de Chile, a cargo de SQM y Albemarle, y una en el salar del Hombre Muerto en Argentina, a nombre de FMC Lithium Corp., explican desde hace más de 15 años alrededor del 50% de la oferta global de litio y más del 80% de la producción de litio a partir de salmueras (más de 100.000 toneladas de CLE en 2017). Tanto los proyectos de Chile como de Argentina, fueron desarrollados originalmente con participación de empresas estatales y luego privatizados durante las décadas de 1980 y 1990. En la actualidad, las tres empresas transnacionales, junto a las nuevas corporaciones extractivas, automotrices y financieras que buscan participar del creciente mercado, presionan por expandir su producción o acceder a nuevos yacimientos, reeditando en cada caso las tradicionales promesas incumplidas del desarrollo local.
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