dilluns, 16 de juliol del 2018

EE.UU. y América Latina: retórica proteccionista y avance neoliberal


Donald Trump anunció a finales de mayo un nuevo arancel del 25% para gravar las importaciones a los Estados Unidos (EE.UU). de determinados productos industriales chinos por un valor de 34.000 millones de dólares.[1] Este arancel entró en vigencia el 6 de julio y días después se añadieron más aranceles a otros productos valorados en 200.000 millones de dólares.

El Gobierno de EE.UU. afirma que, entre otras cuestiones, China no está respetando las reglas de propiedad intelectual, y que eso estaría afectando la propia seguridad nacional estadounidense. Por su parte, China respondió estableciendo, también, aranceles a las importaciones estadounidenses y denunciando las acciones unilaterales de EE.UU. como violatorias de las leyes internacionales suscritas por ambos países en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).[2] Esta “guerra de los aranceles” entre EE.UU. y China ha hecho saltar las alarmas en algunos sectores del establishment estadounidense, preocupados por las repercusiones que las medidas “proteccionistas” de la administración Trump puedan tener en la expansión de sus negocios en terceros países.[3]




En conclusión, lo que observamos en la Administración Trump es una nueva retórica beligerante en materia económica que debe ser ponderada con los hechos. Si bien es cierto que se han anunciado algunas iniciativas en una línea “proteccionista”, habría que analizar hasta qué punto este proteccionismo es incompatible con el funcionamiento del libre comercio e, incluso, del neoliberalismo.

El proteccionismo estadounidense, tal como ha sido aplicado en otros momentos de la historia, implica la exigencia de la apertura de otros países mientras se protege con subsidios a determinados sectores productivos nacionales.

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