dimecres, 17 d’octubre del 2018

PUEBLOS ORIGINARIOS Quechua: en memoria de nuestras abuelas


Nadie esperaba que una lengua se pudiera meter en una maleta y aparecer de pronto en España, en la antigua metrópoli, destino prioritario para tantos migrantes latinoamericanos por, vaya paradoja, la facilidad del asunto idiomático.

Es este un viaje inesperado. De alguien que se coló como polizón en las bodegas del avión migratorio. Nadie reparó en ella, quizás por pertenecer a una especie rara, declarada en peligro de extinción por la UNESCO a pesar de que actualmente es hablada por entre ocho y diez millones de personas en Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y Argentina. Hablamos de la lengua quechua.




Pero así fue y el quechua (o el kichwa, según la región) se vino de la mano de Luis Perugachi y Zoila Lecho hace 17 años desde la provincia de Otavalo, en su Ecuador natal. “Mindalaes”, la voz quechua que se refiere a “los que hemos trabajado fuera de nuestras fronteras”, apunta Perugachi.

Zoila y Luis tienen seis hijos, cuatro de ellos nacidos en Ecuador. Él es quechuahablante; ella no. Luis nunca dejó de expresarse en su lengua: “Los que lo hablamos de verdad lo seguimos utilizando. Yo cuando me reúno con personas que hablan kichwa me da lo mismo si estoy en el autobús, si estoy en el metro, yo hablo en kichwa. Yo no me corto”. E introduce un concepto: Runa Simi. “Es nuestra lengua, nuestra expresión, lo que yo hablo”, se explica.


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