dijous, 27 de juny del 2019

Imamoglu: el “griego” que reconquistó Constantinopla


El islamismo moderado no existe. Como tampoco existe el comunismo moderado o la socialdemocracia precavida. Soy musulmán, acato los mandamientos del Corán, pero respeto las otras religiones. Para mí, los militantes de Al Qaeda no son islamistas; están empeñados en destruir la Casa  del Profeta, de ensuciar su nombre.
Recordé las palabras de mi buen amigo, un piadoso intelectual turco, al tropezar con las poco tolerantes manifestaciones de algunos políticos adscritos al Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP) durante la última campaña electoral llevada a cabo en Anatolia. Su radicalismo y su exacerbado nacionalismo resultan cuando menos inquietantes.

En este caso concreto, su víctima fue Ekrem Imamoglu, candidato del Partido Popular Republicano (CHP) a la alcaldía de Estambul, denigrado por ser de origen griego o griego póntico. En efecto, Imamoglu es originario de Trebizonda, el último reino cristiano que sobrevivió a la caída de Constantinopla, en 1453. Los habitantes de este feudo heleno resistieron hasta 1461. A pesar de la musulmanización progresiva del territorio, se cree que gran parte la población de la región de Ponto tiene ascendencia griega
Pese a la persecución de las minorías cristianas de los años 1913 a 1923, la cuestión étnica no parecía haberse planteado en la Turquía moderna hasta la primera década de nuestro siglo, cuando elementos integristas volvieron a resucitar las consignas racistas y xenófobas. La travesía del desierto de Ekrem Imamoglu empezó en el mes de mayo de 2019, después de su victoria en las elecciones locales celebradas en el mes de marzo en Estambul y anuladas, como se sabe, a petición expresa del presidente Erdogan.

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