dijous, 23 de gener del 2020

Cuba quiere convertir el casabe en alimento patrimonial


A falta de pan, casabe, reza en Cuba un refrán que refleja las bondades y las posibilidades que tiene de convertirse en su sustituto en la dieta diaria. Además, este alimento precolombino cuenta con amplias credenciales para ser declarado patrimonio cultural de la nación y la humanidad.
El pan de yuca o de indios, como también se lo conoce, es quizás el plato artesanal más antiguo de este país insular caribeño, que se encuentra ligado a sus tradiciones culinarias e históricas y resulta idóneo para la seguridad alimentaria, pues no es necesario importar su materia prima.
Incluso resultó decisivo para que grupos originarios como los taínos poblaran las Antillas y, posteriormente, para el proceso de conquista y colonización española de las Américas.

Porciones de Casabe acompañando el ceviche de pulpo, plato que se ofrece en La Fajoma, restaurante privado del centro histórico de La Habana Vieja.
Ello fue posible gracias a las características de este alimento dúctil que, en condiciones adecuadas de almacenamiento, puede permanecer años sin corromperse. Entre otras bondades nutricionales, la ausencia de grasa o gluten en su composición lo hacen ideal para quienes siguen cierto tipo de dietas o tienen intolerancia. 

Una característica sorprendente es que se obtenga a partir del jugo de la yuca amarga, una especie vegetal venenosa para humanos y animales, pero que al ser tamizada en el sebucán o cibucán (especie de prensa) y cocida a altas temperaturas en una plancha llamada burén, pierde su toxicidad mortal para devenir un manjar de infinitas posibilidades.

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