dimecres, 1 d’abril del 2020

Antonio Gramsci y la filosofía política actual por POR DAMÍAN PACHÓN SOTO


La filosofía política actual ha visto un inusitado renacer del pensamiento del filósofo italiano Antonio Gramsci. Conceptos como sociedad civil, ideología, intelectual orgánico, reforma intelectual y moral y, muy especialmente, el de hegemonía, hacen parte del vocabulario político de movimientos como Podemos en España y de parte de la izquierda latinoamericana. Incluso la derecha se ha apropiado de parte de su pensamiento. ¿A qué se debe esto? La respuesta es sencilla: esos conceptos se han convertido en herramientas teóricas importantes a la hora de pensar la elaboración de ideologías coherentes, la obtención del consenso social, la transformación del sentido común, la organización militante, la acción política y el logro de la hegemonía social, donde un proyecto político logra el apoyo de la mayoría (hegemonía), así sea de manera transitoria.




En interpretaciones actuales de su pensamiento, como las del recién fallecido pensador argentino Ernesto Laclau o de la filósofa belga Chantal Mouffe; en las del filósofo colombiano Santiago Castro-Gómez, entre otros, no se trata ya de la materialización del comunismo por parte de la clase obrera, sino de luchar por la construcción de una voluntad colectiva para radicalizar la democracia. A mi juicio, esta reinterpretación gramsciana, complementada con lo más selecto del pensamiento crítico actual, permite formular un constructivismo político, donde la diversidad y la diferencia propias de la sociedad actual y sus actores, tienen plena cabida y se constituye en una herramienta fundamental a tener en cuenta en los procesos políticos y electorales.

A mi juicio, los siguientes doce puntos- en estela gramsciana, aunque no exclusivamente- condensan una apuesta democrática, constructivista y vitalista. Veamos estas tesis de manera simple:

1º. El hombre hace la historia...

2º. La contienda por el poder y por ganar la dirección de la sociedad...

3º La política consiste en disputar el sentido común...

4º. Sustituir una vieja concepción del mundo...

5º. Destruir el sentido común de la clase dirigente...

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