dissabte, 14 de juliol del 2018

URUGUAY: La derecha uruguaya sí existe


En Uruguay ningún actor o sector político se reconoce públicamente de derecha. Eso no significa que no exista ni, mucho menos, que haya que recurrir a variables académicas o escalas “de cero a diez” para reconocerlas. Existe hoy y existió antes, aunque no se animen a reconocerse de esa forma.

Sanguinetti, quien fuera por dos veces presidente de la República, acuñó en el debate nacional -allá por los años noventa- la idea de “familias ideológicas”, según la cual el país se dividía en dos. Por un lado, el Partido Colorado y el Partido Nacional, los denominados partidos tradicionales, quienes gobernaron desde los inicios de la República hasta el años 2005 y, del otro lado, la izquierda, es decir el Frente Amplio (FA), partido creado en 1971 unificando a los distintos grupos de izquierda y, también, a partir del desprendimiento de sectores progresistas de los partidos tradicionales. Esta es una buena forma ya de prefigurar la separación entre la izquierda y la derecha en la política uruguaya.




Un tercero con pinta de outsider
La Concertación fue un intento de hacer participar a los partidos tradicionales bajo un mismo lema electoral, que se presentó en las elecciones departamentales del 2015. Nació con resistencias en ambos partidos y ahora es un partido nuevo, llamado Partido de la Gente. Se presenta desde fuera del mundo político aunque sus referentes son hoy, principalmente, dirigentes de los otros partidos que se sumaron. Quien aparece cómo líder del Partido de la Gente es un gran empresario, muy a tono con otras propuestas políticas de la región y el mundo. Los empresarios devenidos en políticos que aterrizan con sus millones a hablar de “nueva política” o de la política como empresa. Nada nuevo, realmente; y claramente de derecha.

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