diumenge, 18 d’agost del 2019

Humanización, remedio del parasitismo corporativo global


“En nuestros tiempos la libertad se vende como democracia de libre mercado... libertad para que las corporaciones exploten a quien y lo que quieran, donde quieran y como quieran. Es el fin de la libertad de gente y naturaleza en todas partes. La economía de libre mercado, una contradicción, que nos engaña haciéndonos creer que la desregulación de las corporaciones significa libertad para nosotros. Como la ilusión del crecimiento y la ficción de las finanzas han vuelto la economía volátil e impredecible, la ficción de la corporación-persona legal remplaza a los ciudadanos y hace la sociedad inestable e insostenible. Humanos, ciudadanos de la Tierra con obligaciones y derechos, remplazados por corporaciones sin obligaciones por la Tierra ni sus ciudadanos y con derechos sin límites para explotar ambos”. 

Vandana Shiva, Las mentiras de la democracia de libre mercado, 2011)






Lo que cada generación recuerda es manipulable. El poder escribe la historia, los medios de comunicación la construyen diariamente imponiendo perspectivas de lo real y lo ficticio, de lo que se dice y se silencia. El aporte crucial de pensadores independientes cuenta con limitado acceso. La lucha por un mundo mejor no ceja, pero nuestra conciencia sobre esa lucha puede manipularse. Michel Chossudovsky desnuda la globalización mostrando verdades que no encontramos en las noticias ni en los análisis de “expertos.” Los engañados son millones. Siempre es un esfuerzo valido desentrañar la verdad.

En los 1970s golpes de estado a proyectos democratizadores en Latinoamérica imponen regímenes y programas que nos vuelven al pasado en nombre del progreso. Odiar-a-la-mayoría se impone por ideología o fuerza. A partir de 1980 el Fondo Monetario Internacional (FMI) aplica al Tercer Mundo ajustes estructurales que empobrecen a millones. Les enseña en la carne que toda aspiración de justicia económica y social les será negada, impone el neoliberalismo. Frente a las avanzadas por justicia y futuro el poder contra-ataca con más opresión. Los ajustes del FMI desregulan el comercio, privatizan bienes y servicios públicos, imponen austeridad presupuestaria y bajos salarios, debilitan al estado y sepultan las aspiraciones de la población. Los ricos quieren un estado títere que frustre las avanzadas liberadoras en favor de un estado al servicio de los más, sea por procesos electorales (Guatemala 1951, Chile 1970) o revolucionarios (Cuba 1959). El modelo que se aplica al Tercer Mundo pronto se extiende al resto: los demonios escapan de la caja de Pandora

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada