dimecres, 8 de gener del 2020

ROJAVA. Decíamos: “De aquí no se va nadie, porque aquí lo defendemos todo”


El pasado 9 de octubre, el presidente del gobierno turco Recep Tayyip Erdogan anunciaba el inicio de la Operación “Fuentes de Paz”. Comenzaba así una ofensiva militar por tierra y aire sobre el norte de Siria, popularmente conocida como Rojava, un área de población mayoritariamente kurda donde, desde el inicio de la guerra siria en 2012, se ha desarrollado un profundo proceso de transformación social basado en la filosofía política de Abdullah Öcalan, dirigente del movimiento de liberación kurdo.

Una internacionalista catalana relata sus días como combatiente junto a las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ) en la ciudad kurda de Serekaniye, bombardeada y ocupada por el Estado turco.


—¿Por qué decidiste ir a Rojava?

—Creo que básicamente por el papel que entendí que las mujeres estaban desarrollando en la revolución, por su posición en la vanguardia y toda la lucha histórica que han desarrollado durante tantos años. El referente que han creado -y que aún sigue- de la construcción de una sociedad que camina de manera horizontal. Porque es cierto que desde casa escuchamos, leemos y discutimos lo que pasa en Rojava, pero tienes que venir a verlo, y esto es algo que entendí después de la experiencia de otras compañeras que fueron y volvieron. Ver cómo se reconstruye un territorio castigado por la opresión y los régimenes totalitarios, y convertirlo en un territorio autónomo, en un sistema democrático ha sido y sigue siendo una experiencia que a día de hoy forma parte de los pasos que deseo seguir caminando.




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