La liberalización del transporte de pasajeros por tren ya está aquí. A finales de año, varias compañías competirán con Renfe por las líneas de alta velocidad más rentables. Los fiascos del caso inglés y de la privatización del ferrocarril de mercancías en España sobrevuelan un proceso que supone todo un terremoto para el sector.
Es el desembarco del low cost en la alta velocidad con la que otro ministro, esta vez socialista, quiere que este tipo de tren “ya no sea un producto solo enfocado a viajes de negocios —SIC— sino que se abre a familias, a jóvenes y a otros colectivos que lo usaban de forma muy ocasional”, como declaraba José Luis Ábalos en la presentación del AVLO el 11 de diciembre. “La alta velocidad llegará a todos”, proclamaba exultante.
La llegada del modelo Ryanair al ferrocarril español es el primer síntoma del nuevo tsunami que se le viene encima al sector: la liberalización del transporte de pasajeros por tren en España, prevista para diciembre de 2020. La medida es la trasposición hispánica del llamado Cuarto Paquete Ferroviario, que obliga a los Estados miembro de la Unión Europea a liberalizar el sector, como ya se hizo con el transporte de mercancías por ferrocarril.
En concreto, y a falta de afinar nombres y porcentajes de ocupación de líneas, al menos dos nuevas compañías ofertarán billetes de alta velocidad: la francesa SNCF e Intermodalidad de Levante (Ilsa), un consorcio integrado por Air Nostrum y Trenitalia. Con AVLO, Renfe coge carrerilla para competir con los nuevos actores en un proceso con el que Fomento quiere aumentar en un 60% las circulaciones por estos corredores.
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