En esta columna, Mairead Maguire, militante pacifista y premio Nobel de la Paz 1976, alerta sobre la expansión contemporánea del complejo industrial militar que denunció el presidente estadounidense Dwight Eisenhower (1953-1961). Más de medio siglo después de la premonición de Eisenhower, hoy en día vemos que un selecto grupo de industriales y financieros, políticos, militares, y propietarios de medios, están en el centro del poder y ejercen fuerte influencia sobre muchos gobiernos.
¿Cómo se puede justificar que en el siglo XXI continuemos entrenando millones de hombres y mujeres para engrosar los ejércitos y mandarlos a la guerra? La mortandad de civiles en las guerras es inmensa y la destrucción de la vida de militares es altísima. Agréguese el costo económico y ambiental, y el costo del potencial humano que científicos y expertos, en vez de dedicar al bienestar y la salud, emplean para la investigación y producción de armas cada vez más letales.
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