El desafío independentista que se planea en Catalunya es calculadamente ambiguo, porque ninguna de las partes quiere enseñar todavía sus cartas. Mientras que en la consulta popular plebiscitaria del pasado 9 de noviembre el presidente catalán, Artur Mas, no se pilló los dedos desde el punto de vista jurídico, ahora nadie conoce aún los pasos legales que pretende dar si triunfa su opción en las elecciones del 27-S, ni la respuesta del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en caso de una declaración unilateral de independencia: "Tenemos mecanismos para evitar que España se rompa", proclamó este lunes Rajoy, sin aclarar cuáles son dichos mecanismos.
Las armas jurídicas del Estado frente a una declaración de independencia pasan por tres ejes, pero todo depende de las medidas que adopte cada una de las partes en este pulso político:
El artículo 1
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