Plantea como objetivo la autoorganización, la formación y el asesoramiento del colectivo de "manteros". La presentación pública de la entidad está prevista para el sábado 10 de octubre
La presión policial contra las vendedores ambulantes se ha reducido en el centro de Barcelona y se han vuelto a ver manteros en la zona del puerto. La comunidad de procedencia africana que vive precariamente de la venta ambulante ha aprovechado estos días para culminar un proceso político iniciado a mediados de verano. El pasado viernes 2 de octubre se constituyó el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes, una estructura organizativa que "más allá de una representación legal, quiere convertirse en un sindicato popular que busque el reconocimiento de la sociedad civil, con voluntad de agrupar, sumar y defender los derechos de las personas migradas, contra el racismo y la persecución a la que se ven abocadas", según explica uno de los impulsores.
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