Actualmente en el vecino país de Guatemala la policía estatal cuenta con 30 mil uniformados, mientras que la seguridad privada emplea a mas de 120 mil ex policías, ex militares, o ex desempleados. En El Salvador la situación es la misma, todos y cada uno de los negocios de la, hasta ayer, oligarquía terrateniente y hoy devenida en "audaz emprendedora prestadora de servicios" tiene un agente de policía privado parado en sus puertas, luciendo un amenazante arma larga.
Los pequeños locales, tiendas, negocios tienen que pagar el impuesto más violento: el impuesto a las maras. La inseguridad y el miedo está en boca de todos y los únicos lugares seguros parecen ser los "no lugares": bancos, centros comerciales, supermercados, multinacionales, telefónicas, cadenas de electrodomésticos, cuyos dueños -salvo contadas excepciones- tienen los mismos apellidos que las famosas 14 familias.
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