"No hay evidencia económica real que sustente el mito de que yo tengo que ser extractivista para reducir la pobreza", dice Eduardo Gudynas, investigador del CLAES.
Por Jonathan Hurtado
Eduardo Gudynas, investigador del CLAES. |
Yo lo que creo es que los extractivismos tienen dos grandes tipos de consecuencias. Por un lado tienen las consecuencias de los impactos locales, sociales, ambientales, territoriales y económicos, que son los más evidentes y sobre los que más se discuten. En paralelo, están lo que se llaman “efectos derrame" del extractivismo que son medidas para promover uno u otro proyecto extractivista, yo hago cambios en las políticas públicas o en las estrategias de desarrollo.
Entonces van más allá de un proyecto en particular y cuando se hace este cambio afecta a todo el país y a todos los sectores y entre los “efectos derrame”, a mi modo de ver, son mucho más graves y agudos e importantes y más difíciles de lidiar que los impactos ambientales, locales del extractivismo. Y pasan en gran medida desapercibidos. Te menciono dos ejemplos.
Uno de estos ejemplos es lo que tú me acabas de preguntar: uno de los efectos derrame del extractivismo es promover la idea de que los impactos sociales y ambientales son todos compensables en dinero. Entonces eso cala también profundamente en las comunidades locales y éstas asumen un modo de razonar, de pensar y de sentir en que pueden compensar o reclamar indemnizaciones en dinero. Entonces se vuelve en un instrumento para mercantilizar la vida social y a la naturaleza.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada