divendres, 17 de juny del 2016

INDUSTRIA 4.0 Los trabajadores no somos robots



Robots y aplicaciones que ya están presentes en despachos de abogados analizando, comparando, deduciendo leyes y sentencias, redactando demandas; en laboratorios de investigación y en  centros clínicos ayudando a los médicos en el diagnóstico y tratamiento a los pacientes; en refinerías, en las plantas químicas, en las cadenas de montaje y en las entidades financieras. Con sus brazos antropomórficos capaces de levantar 50 kg en cada mano y a la vez tener una precisión de 0,02 mm o coger un huevo sin romperlo, conviven y colaboran con los trabajadores en sus puestos de trabajo, permiten liberarles de las actividades más penosas, repetitivas o peligrosa, y también logran en algunas operaciones una precisión jamás alcanzada por las personas.

Hace pocas semanas algunos de estos robots entraban por la puerta de la empresa Faxconn en China para remplazar a 60.000 trabajadores en la fabricación de los iPhones. Robots esquiroles, que son presentados por el exconsejero de McDonald, Ed Rensi, como la mejor respuesta a la lucha sindical en su demanda en EEUU de extender un salario mínimo de 15$ en las cadenas de comida rápida, afirmando que: “es más barato comprar un brazo robótico que contratar a un empleado que cobre 15$ a la hora embolsando patatas fritas”.

Para esto,  es una excelente noticia que estas últimas semanas la Confederación Europea de Sindicatos (CES) haya anunciado su compromiso prioritario de intervenir con sus propuestas y discusión y la formación de sus cuadros sindicales, en todo aquello que representa la Industria 4.0, la digitalización de la economía y la robotización, para    garantizar que las personas estén presentes en el debate público e institucional y en la negociacion colectiva

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