Sorpresa, sorpresa. Los trabajadores británicos, muchos de los cuales vieron declinar su nivel de vida mientras los ricachones de su país se enriquecían aún más, le dieron la espalda a la Unión Europea y a una economía globalizada que los maltrata a ellos y a sus hijos.
No son sólo los británicos los que están sufriendo. La economía crecientemente globalizada, establecida y mantenida por la elite económica mundial, maltrata a los pueblos en todas partes. Increíblemente, las 62 personas más ricas del mundo poseen tanta riqueza como la mitad más modesta de la población del planeta, unas 3 mil 600 millones de personas. Los muy, muy ricos, disfrutan de un lujo inimaginable mientras miles de millones de personas sufren de una pobreza abyecta, del desempleo y servicios de salud, educación, vivienda y agua potable inadecuados.
¿Este rechazo de la actual forma de la economía global podría darse en los Estados Unidos? Puedes apostar que sí.
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