La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, se deslindó de la muerte de la niña guatemalteca que murió luego de ser detenida por la Patrulla Fronteriza y declaró que “esta familia escogió cruzar ilegalmente” y que la menor de siete años, identificada como Jackeline Caal, viajaba con un grupo de 163 migrantes que estaba a a 145 kilómetros del lugar donde podía ser procesado.
La muerte de Jackeline sucedió el 8 de diciembre, pero apenas ayer The Washington Post la reveló. Por su parte, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) señaló que la menor no presentó síntomas de enfermedad sino hasta varias horas después de que ella y su padre quedaron bajo custodia de la Patrulla Fronteriza la tarde del 6 de diciembre en Nuevo México.
La oficina de aduanas añadió que Jackeline no había comido ni tomado agua en varios días, por lo que se cuestionó si la Patrulla Fronteriza supo sobre la salud de la menor, o si le dio de comer y beber mientras permaneció detenida, durante más de ocho horas.
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