Ayer, 11 de septiembre, oleadas de personas con banderas independentistas y catalanas colmaban los vagones de los trenes en dirección a la capital catalana; los metros se colapsaban y unos 2.000 autobuses salían desde distintos puntos del país camino a la Vía Lliure, el nombre que recibía este año la Diada nacional de Cataluña, organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Ómnium Cultural.
Esta vez el lugar reservado para un nuevo éxito eran los cinco kilómetros y 200 metros de la arteria barcelonesa de la Meridiana, con punto de salida al barrio periférico de Sant Andreu de Palomar y llegada al Parlamento de la Generalitat, en la Ciudadela.
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