Como todas las mañanas, hay que empezar fuerte el día. Vas a la nevera, coges la botella de leche y llenas un vaso. Es el último, porque la botella se ha quedado vacía. Ya es un ritual.
La pones en la bolsa amarilla, con el resto de envases de plástico,bricks, latas o lo que es lo mismo, con las otras botellas de leche, zumo, agua y refrescos; con los botes de champú, gel, detergente y también de suavizante. Justo al lado de la bolsa que tiene el papel y el cartón. Una acabará en el contenedor amarillo y la otra, en el azul.
Este gesto de colaboración y compromiso con el medio ambiente es posible gracias en que España hay distribuidos 566.957 contenedores de reciclajes. De ellos, 366.339 son amarillos y están destinados al reciclaje de los envases de plástico, latas y bricks; los otros 200.618 azules son para los envases de papel y cartón.
Gracias a personas como tú y a gestos como éste, en 2015 se reciclaron más de 1,3 millones de toneladas de envases ligeros (contenedor amarillo) y envases de cartón y papel (contenedor azul) en todo el territorio nacional, alcanzando una tasa de reciclado de 74,8%. Este porcentaje sitúa a España entre los primeros países de Europa en la materia, superando los objetivos de reciclado que marca la Unión Europea en más de 19 puntos (55%)
Tras llevarlos al contenedor, los envases ya no está en casa, pero ¿qué sucede después? Pues que el ayuntamiento de cada localidad, con los camiones adecuados, recoge los envases ligeros depositados en los contenedores amarillos y azules y ahí comienza su viaje para una nueva vida
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