“Hablar de seguridad del suministro de la UE mientras se apuesta por un modelo basado en los combustibles fósiles es hablar o de un sueño irreal o de la extensión del fracking en Europa”, sostiene el eurodiputado de Podemos.
Actualmente, la UE es el mayor importador de combustibles fósiles del mundo. Su dependencia de terceros países es exagerada: el 88% del petróleo, el 66% del gas natural, el 45% de carbón y el 95% del uranio. Principalmente, este gran volumen de importaciones se hace desde regiones como el Golfo, el mar Caspio o Rusia, de donde vienen más del 30% de nuestras importaciones de gas y petróleo.
Con estas cifras y estos lugares de origen tan sumamente inestables sobra decir que el suministro energético de la UE es frágil e inseguro. Solventar esta inseguridad es uno de los principales objetivos del mandato de Jean-Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea (CE).
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